INTRODUCCIÓN.
Denominamos corriente eléctrica a un flujo de cargas eléctricas que circulan entre dos puntos conectados físicamente mediante un material conductor.
Para que exista ese flujo de cargas es necesario que exista una diferencia de potencial entre ambos puntos (ver figura).
Para mantener la corriente es necesario que se mantenga la diferencia de potencial (gastando una cantidad equivalente de otro tipo de energía). Esto se consigue acumulando cargas negativas en uno de los puntos (punto a potencial negativo o polo negativo) y cargas positivas en el otro (punto a potencial positivo o polo positivo). Esto es lo que hacen las pilas o generadores.
Entre las reacciones químicas existe un tipo, llamado reacciones de oxidación-reducción (abreviadamente reacciones redox), en las que se produce una transferencia de electrones de una sustancia a otra.
Este tipo de reacciones pueden ser utilizadas para producir una acumulación de electrones en un punto determinado (potencial negativo) o consumirlos en otro, originándose así un "vacío electrónico" (potencial positivo). Si ahora conectamos ambos puntos con un conductor, por él circulará una corriente eléctrica.
El proceso contrario: lograr que una reacción química tenga lugar por aplicación de una corriente eléctrica, también es posible.
La electroquímica estudia la conversión de energía química en energía eléctrica y viceversa.