El arte griego es la combinación de varias influencias, producidas por las sucesivas oleadas de pueblos indoeuropeos procedentes del norte, que se afincan en la Hélade o Helas (los griegos se denominaban a ellos mimos helenos, es decir, habitantes de la Helas) y se relacionan con la población autóctona. Así la antigua Grecia se originó en la Península Balcánica y costas del mar Egeo. Geográficamente era una zona con clima seco y cálido que dio lugar a una agricultura mediterránea (olivos, trigo, viñedos) y pastoril (cabras y ovejas), pero con un relieve es montañoso con estrechos valles, que propició la fragmentación política. Nunca llegaron a formar una nación (un estado homogéneo), sino que eran un conjunto de pueblos (polis o ciudades independientes) que poseían unos rasgos en común entre ellas: lengua- escritura, antepasados y dioses, es decir, compartían una misma cultura. Todos los griegos adoraban a los mismos dioses, que se consideraban superiores porque eran inmortales y poseían extraordinarios poderes; por lo tanto hablamos de una religión politeísta (en la que Zeus era considerado el padre de todos los dioses), que habitaban en el monte Olimpo, pero además eran dioses antropomórficos (tenían parecido física y psicológicamente a los seres humanos: comían, amaban, luchaban, o lloraban).
Debemos indicar que también la Antigua Grecia poseía una gran fachada marítima (extensas y recortadas líneas de costas), que llevó a estos pueblos a un florecimiento del comercio y de la pesca, y que serán el punto de partida para que en el futuro (entre siglos VIII-VI a.C.) se produjera la expansión griega 1 y fundación de colonias (como, por ejemplo, la Magna Grecia en el sur de Italia y Sicilia). Históricamente, desde el punto de vista artístico, podemos dividir la antigua Grecia en los siguientes periodos:
- Periodo prehelénico
- Periodo arcaico (siglos VIII-VI a.C.)
- Periodo clásico o de apogeo (ss. V-IV a.C.)
- Periodo helenístico (ss. IV-II a.C., concretamente hasta la dominación romana)
Hacia el 2.000 a.C. llegaron desde el norte a estas tierras los aqueos o micénicos (pueblos guerreros, conocidos así por su ciudad más importante, Micenas), que tomaban la alternativa a la pacífica isla de Creta (o cultura minoica, denominada así por el nombre del rey-sacerdote Minos). Estos dos pueblos se conocen en arte como prehelénicos. Hacia el 1.500 a.C. nuevos pueblos invadieron Grecia; destacan entre ellos los dorios (también del norte), que son los fundadores de la civilización griega, formando el panteón olímpico de los doce dioses mayores. La pronta escasez de tierras y la miseria en que vivían muchos campesinos (gran cantidad pasaron a ser esclavos debido a las deudas contraídas), llevó a muchos griegos a abandonar sus tierras de origen en oleadas migratorias (organizadas por las mismas polis, porque les representaba numerosas ventajas para las ciudades: se libraban de desocupados y se creaba trabajo en los astilleros). Allí donde llegaban fundaban colonias a imitación de sus polis de origen, como Mainake (Torre del Mar).tradiciones religiosas. Las artes dóricas sufren una decadencia (Edad Oscura) pero empiezan a superarse con obras significativas en el siglo VI, que es lo que conocemos como periodo arcaico. El período arcaico es una época de concreción de algunas de las formas que culminarán en la siguiente etapa. En estos primeros tiempos afloran y se perfeccionan, sobre el sustrato propio, las diferentes influencias que concurren en el arte griego: la de la civilización cretense, la civilización Micénica y, sobre todo, las grandes civilizaciones orientales, especialmente la egipcia. Es una época en la que el arte evoluciona desde el geometrismo y la abstracción hacia el naturalismo expresivo.
El período clásico corresponde a la etapa que transcurre desde la victoria de las polis griegas en las Guerras Médicas (490-475 a.C.) contra los persas hasta el fin de la Guerra del Peloponeso (entre Esparta y Atenas en el 404 a.C.). Este periodo representa la culminación y perfeccionamiento de todas las manifestaciones artísticas griegas, tanto a nivel formal como técnico. Esta plenitud coincide, y no por casualidad, con el apogeo político, económico y cultural de las polis griegas, en especial Atenas. En estos años nace la democracia, como forma de organización política del Estado. El siglo V a. de C. es el verdadero siglo de oro de la cultura griega, pero en la siguiente centuria su decadencia, como consecuencia de las guerras del Peloponeso.
El período helenístico supone una profunda transformación de la civilización y la cultura griega. Todas las polis cayeron bajo poder de un rey de Macedonia llamado Filipo II, aprovechando los enfrentamientos entre las polis griegas. El hijo de Filipo, Alejandro (con el sobrenombre de Magno) unificó las polis y las condujo a la conquista del Imperio Persa, llegando a crear imperio 4 que llegó hasta la India. Alejandro Magno hará posible la difusión de la cultura griega por Europa y Asia. Con la cultura griega viajaron las formas artísticas y las soluciones técnicas ideadas por los griegos que, a partir de ese momento, se convirtieron en el referente estético indiscutible en toda la cuenca mediterránea. A este periodo podría de calificarse de barroco por el espíritu de libertad y afán de realismo creador (para muchos historiadores esta etapa está ya fuera del arte griego, por considerar que sus resultados estéticos son distintos del arte clásico. Se considera que acaba este periodo con la conquista de Corinto por los romanos en el año 146 a.C.