La Revolución Francesa comenzó con el asalto a la Bastilla, que era un lugar donde los que no estaban de acuerdo con el gobierno eran encarcelados en la prisión.
El pueblo, cansado y en desacuerdo con la monarquía absoluta de Luis XVI, expresó su oposición convirtiendo esta acción en una gran Revolución.
Los representantes del pueblo formaron una Asamblea Nacional, que se encargó de crear un proceso de reforma basado en 3 ideales: libertad, igualdad y fraternidad.